“La última
cena” de Leonardo Da Vinci se ha convertido en los últimos años un referente de
inspiración tanto para escritores buscando los secretos que alberga el cuadro como para la publicidad.
Este cuadro
es considerado por muchos historiadores como la mejor obra de arte del mundo, se
cuenta que Da Vinci se mantuvo sin descanso olvidando comer y dormir para contemplar
la evolución de su obra.
Fue en 2005
cuando una campaña de ropa francesa Marithé and François, generó
polémica en los círculos religiosos. La escena, obra de la fotógrafa Brigitte Niedermair,
reproduce “La última cena” con mujeres en lugar de hombres. El hecho de que una
de las apóstoles esté abrazando el torso desnudo de un hombre aumenta la ofensa
de imitación, al igual que el uso de símbolos cristianos como la paloma o la
vestimenta y el pelo de la modelo que caracteriza a Jesús.
Esto
hizo que primero en Italia y después en Francia la campaña fuera retirada de
las calles y los carteles, en España no hizo falta, ya que la marca no realiza
un gasto significativo en publicidad, pero pudo exhibirse en las páginas de
revistas de primera línea.
El
trabajo de la fotógrafa expone una visión alternativa del mundo. Asegura que si
las protagonistas de esa cena hubieran sido mujeres, el mundo no estaría donde
está. Por otra parte, la empresa dice que su “Última cena” escenifica una nueva
feminidad invirtiendo la idea de Da Vinci, invitando a un hombre a la cena. La
mujer deja de ser el objeto de imaginación masculina y se muestra como protagonista
de la obra de arte.
Estas cosas de la censura que no termino de ver. Bien por tu entrada y elección.
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